lunes, 7 de diciembre de 2015

Bijay Biswaal


Bijay Biswaal nacio en Nagpur, Maharashtra (India)

Colgando de troncos de árboles, saltando en el río, jugando en el barro; todo lo relacionado con la naturaleza era fascinante para Bijay, un chico joven, que creció en un pequeño pueblo (Pal-Lahare) en Orissa, desde el principio, Bijay aprendió la esencia de la naturaleza en la vida.
 Completó la educación primaria y secundaria de Mahatab la escuela secundaria, Pallahara.
 Él decía: "Sin la naturaleza no hay creatividad y sin creatividad no hay vida"





Como un niño adicto a la tiza; todas las paredes y el suelo de su casa estaban cubiertas de dibujos hechos con tiza. No le importaba mucho tener un lienzo o la pintura, las paredes le dieron una mayor superficie de expresar sus emociones y la tiza la fluidez.
A sus padres no les gustaba mucho eso. Ellos querían que consiguiera un trabajo en el gobierno; el arte siempre fue tratado como un hobby. Sus padres lo convencieron de encontrar algo más estable, con lo que poder mantener a su familia.




Mientras que su hermano se convirtió en un médico. Pero él sabía que no podía vivir sin arte porque se lo tomaba muy en serio, y él creía que era tan buena su profesión como cualquier otra profesión. Pero, a fin de ver a sus padres felices, buscó una profesión que le ayudaría a compaginar las dos cosas.
Todo un desafío. Finalmente encontró el trabajo perfecto; podría parecer inusual para un artista, pero él comenzó a trabajar con los Ferrocarriles de la India como un revisor.
¿Quién hubiera pensado que la vida caótica y mundano de una estación de ferrocarril puede inspirar a un artista?
 Pero este es el caso con Bijaya Biswal, ha capturado las diversas facetas de la vida en los ferrocarriles en papel utilizando acuarelas, carboncillo y lápices.




- "Cuando me dieron el trabajo con los ferrocarriles, la gente dijo que tendría que sacrificar mi pasión, pero yo estaba seguro de una cosa, si tuviera que elegir entre el arte y mi trabajo, me gustaría dejar mi trabajo. Pero nunca tuve que hacerlo. El trabajo era simplemente perfecto ".



Bijay tiene un trabajo itinerante, donde se comprueba billete en el tren. Él dice que no se trata de dinero para él. Este trabajo le da la oportunidad de conocer a gente nueva e ir a diferentes lugares. Todo pagado por el gobierno de la India.
"Me ayuda a conseguir inspiración, encuentro nuevas historias, obtengo nuevo enfoque de mi arte. La mejor parte, al final del día, me da suficiente tiempo para pintar, sobre todo en mis días libres ". ¿Qué más se puede pedir?






"De alguna manera, como un niño que era muy inseguro y tímido, y las raíces son el medio con el que me encuentro una conexión con mi infancia.
 Cuando era niño estudiábamos bajo un árbol de higuera que tenía raíces largas. Ese árbol hizo un gran impacto en lo que soy, y no puedo sacarlo de mi mente.
 Esas raíces me ayudan a conectar a la tierra y obtener la sensación de seguridad ".





En sus pinturas, quiere mostrar la conexión que todos tenemos con la naturaleza, donde las raíces se extienden a unirnos.
  Su estilo por lo general gira en torno al arte figurativo / realista.
 Su obra es un juego de la abstracción y el realismo. Él siente que "además de lucir bella, la obra debe tener un mensaje. Si puedo transferir lo que hay en mi corazón sobre un lienzo, yo soy la persona más feliz del mundo ".
































Siempre abierto a aprender:

"Cuando era niño, mi clase favorita solía ser la clase de arte. Quería que todas mis clases de 9 a 5 fueran de arte. Además acaba de hacer mi propia asignación de obras de arte, yo solía hacerlo para toda la clase. La gente solía venir a apilar sus cuadernos conmigo y yo feliz de hacerlo ".



Un niño curioso, fascinado con el dibujo. Fue a hacer su licenciatura y maestría, pero el arte le seguía a todas partes.
 Él continuó haciendo caricaturas de sus profesores, maestros y estudiantes.
Como artista autodidacta, a Bijay le encantaba pintar y estaba recibiendo reconocimiento y que era más que suficiente para mantenerlo inspirado.
 Mientras continuaba haciendo pinturas, su gran oportunidad llegó a los 40 años. Obtuvo un premio nacional, seguido de un premio internacional.





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